Navegando sin manual de instrucciones hacia una nueva ciudadanía digital
Vinicius Covas
¿Realmente entendemos lo que significa ser
ciudadanos en este nuevo territorio digital que habitamos?
Y lo digo, porque recién he
participado del Foro Nacional de Inteligencia Artificial donde platicamos sobre
el futuro de la educación en un mundo que respira inteligencia artificial. Más
que aportar a la discusión, salí de allá con muchos cuestionamientos sobre cómo
estamos desarrollando la sociedad para este nuevo —ya casi pasado— entorno.
Siempre hemos sido ciudadanos cohabitantes
de un entorno social mismo, pero con una amplia evolución hacia una sociedad
digital, me cuestiono sobre la ciudadanía digital en tiempos de IA y demás
innovaciones, lo que redefine nuestra forma de existir en sociedad y que,
paradójicamente, pese a su omnipresencia, sigue siendo terriblemente
incomprendido.
Más allá de la frontera analógica
La ciudadanía digital no es simplemente
una extensión de la ciudadanía tradicional. Es un fenómeno completamente nuevo
que está transformando las bases de cómo entendemos la participación social,
los derechos individuales y las responsabilidades colectivas. Y aquí está lo
fascinante (o inquietante, según como lo mires): estamos construyendo este
nuevo contrato social sobre la marcha, sin manual de instrucciones ni
referentes históricos que nos guíen.
Y en este territorio virtual las
normas se están escribiendo a tiempo real, muchas veces dictadas por
corporaciones tecnológicas que responden principalmente a intereses comerciales
y algoritmos de engagement. Y aquí es donde está mi punto de inflexión...
Propongo algunos pilares invisibles
hacia una nueva forma de ciudadanía (digital):
- La brecha digital ha evolucionado. Ya no se trata solo de
tener conexión a Internet, sino de contar con las competencias críticas
para navegar un entorno cada vez más complejo.
- ¿Cómo
garantizamos la autonomía individual cuando algoritmos predictivos
intentan anticipar y moldear nuestras decisiones? Este es el nuevo campo
de batalla por nuestros derechos fundamentales.
- La
capacidad de la IA para amplificar tanto lo mejor como lo peor de nuestra
condición humana plantea responsabilidades inéditas. Ser ciudadano digital
hoy implica entender el impacto sistémico de nuestras acciones
individuales en un ecosistema hiperconectado.
- Necesitamos
fomentar en todos un pensamiento crítico algorítmico. No se trata de solo
consumir contenido, sino entender los sistemas que lo filtran y presentan.
- Comprender los fundamentos básicos de la inteligencia
artificial de cómo funcionan estos sistemas para poder cuestionarlos
cuando sea necesario.
Después de estas reflexiones
post-Foro, visualizo que lo disruptivo será entender que la ciudadanía digital
no es simplemente un conjunto de competencias técnicas, sino una nueva
dimensión de nuestra humanidad.
Así como la imprenta transformó la sociedad
medieval creando las bases del estado moderno, la revolución digital y la IA
están reconfigurando fundamentalmente lo que significa ser humano y ciudadano.
¿Estamos preparados para asumir esta
responsabilidad?
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