Comunicar no es informar. Es liderar.

Dr. Vinicius Covas
En tiempos de la moda de inteligencia artificial parece que todas las empresas están en pleno proceso de transformación digital. Y funciona más o menos así: Los líderes anuncian una nueva estrategia, los consultores la aplauden, el CEO la presenta con entusiasmo en el town hall. Pero, en los pasillos, reina el desconcierto. Nadie sabe qué va a cambiar realmente. Nadie entiende cómo afecta su día a día. Nadie se atreve a preguntar.
Nadie. Y ese es el verdadero enemigo de la comunicación organizacional: el silencio.
Vivimos en un mundo saturado de mensajes, pero hambriento de sentido. Y en las organizaciones, eso se multiplica. PowerPoints llenos de palabras vacías. Correos con lenguaje corporativo que nadie lee. Reuniones donde se informa, pero no se comunica. En ese vacío, nacen los rumores, la resistencia y el desgaste…
Comunicación organizacional para 2025
No se trata solo de "comunicar bien". Se trata de alinear propósito, personas y procesos en tiempo real, con un lenguaje que inspire y una narrativa que unifique.
Como siempre, comparto algunos consejos prácticos:
1. La estrategia no se comunica, se traduce.
El mayor error de los líderes es pensar que "decirlo" es suficiente. No lo es. La estrategia debe bajar del PowerPoint a la piel. Traducirse en decisiones cotidianas, en conversaciones entre pares, en acciones visibles. Si no se puede explicar en una frase clara al equipo de operaciones, no está lista.
2. El colaborador ya no es audiencia: es coautor.
La comunicación organizacional moderna no fluye de arriba hacia abajo. Es un sistema de escucha activa, co-creación y feedback continuo. ¿Tu equipo opina, corrige, propone, cuestiona? Entonces estás comunicando. Si solo recibe instrucciones, estás ordenando.
3. Los símbolos comunican más que los manuales.
Un líder que baja a planta a escuchar vale más que mil newsletters. Una decisión coherente vale más que mil valores impresos en una pared. La cultura se comunica en los gestos, no en las campañas internas.
4. La tecnología debe amplificar, no reemplazar.
Chats internos, bots, intranets, newsletters, inteligencia artificial. Todo esto es útil… si tiene alma. Lo digital sin lo humano es solo ruido automatizado. La clave está en encontrar el tono, el ritmo, el canal y el momento correcto.
Comunicar no es informar. Es liderar.
La comunicación organizacional no es un área más: es el sistema nervioso de la empresa. Y como tal, puede generar energía o bloquearla. Puede conectar o disociar. Puede inspirar acción o cultivar apatía.
¿La prueba? Pregunta a tu equipo qué entiende sobre la visión de la empresa. Si la respuesta no te emociona… tienes trabajo por hacer.
Porque al final del día, las empresas que comunican bien no son las que más hablan, sino las que generan sentido compartido.
Y en un mundo donde todo cambia tan rápido, el sentido compartido… es la única ventaja competitiva que no se puede copiar.
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