Patrocinador oficial

ads header

News

El buen fin y el hiperconsumo

  



Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo


El Buen Fin es un evento anual de descuentos masivos en México, inspirado en el Black Friday estadounidense. Desde su inicio en 2011, este programa busca fomentar el consumo interno, ofreciendo promociones atractivas en diversos bienes y servicios durante un fin de semana de noviembre. Impulsado por el gobierno y el sector privado, el Buen Fin ha ganado popularidad al presentar oportunidades de compra para millones de consumidores y una inyección económica para las empresas nacionales.


Introducción

El hiperconsumo, fenómeno característico de la sociedad contemporánea, se refiere a un consumo exacerbado que trasciende la satisfacción de necesidades básicas para convertirse en un elemento de identidad, pertenencia y gratificación inmediata. Este fenómeno, moldeado por la globalización y el capitalismo avanzado, puede analizarse desde tres perspectivas clave: la filosofía, la teoría de la comunicación y su dimensión ética.


Impacto en el hiperconsumo

El Buen Fin ha intensificado el fenómeno del hiperconsumo, motivando a los consumidores a adquirir productos más allá de sus necesidades inmediatas. Las ofertas agresivas, los planes de financiamiento a meses sin intereses y las campañas de marketing han generado un ambiente donde el acto de consumir se convierte en un fin en sí mismo. Este comportamiento exacerba patrones de consumo impulsivo, refuerza la dependencia del crédito y contribuye al aumento de deudas personales en sectores vulnerables.


Crítica al consumismo y la alienación

Desde la filosofía, el hiperconsumo ha sido objeto de análisis crítico, especialmente en las corrientes que denuncian los efectos deshumanizantes del capitalismo. Jean Baudrillard, en La Sociedad de Consumo, argumenta que los objetos ya no tienen un valor funcional sino simbólico. En esta lógica, consumir se convierte en un acto que define al individuo y lo posiciona socialmente, perpetuando un ciclo de deseo insaciable.

Otro enfoque clave es el de Herbert Marcuse en El Hombre Unidimensional, donde señala que el consumismo aliena al ser humano de su autenticidad, reduciéndolo a un ente pasivo que se define por lo que posee. Para Marcuse, el hiperconsumo es una herramienta de control que limita la capacidad crítica de los individuos, al enfocarlos en deseos superficiales.


El rol de los medios en la cultura del hiperconsumo

Los medios de comunicación y la publicidad son actores fundamentales en la perpetuación del hiperconsumo. La teoría de la agenda-setting explica cómo los medios determinan los temas prioritarios en la sociedad, presentando el consumo no solo como deseable, sino como una necesidad para alcanzar el éxito personal y la felicidad. A través de mensajes constantes y estandarizados, los medios normalizan la idea de que consumir es esencial para ser aceptado socialmente.

Asimismo, la teoría del cultivo de George Gerbner señala que la exposición prolongada a contenidos mediáticos afecta la percepción de la realidad de los individuos. En este caso, los consumidores internalizan la noción de que el acceso a bienes y servicios de lujo es la norma, generando una presión social para adquirir productos que trascienden sus posibilidades reales.

En la era digital, las redes sociales amplifican esta dinámica al promover un consumismo performativo. Los influencers y creadores de contenido se convierten en vitrinas humanas del hiperconsumo, mostrando estilos de vida aspiracionales que fomentan la adquisición constante de bienes.


El costo humano y ambiental del hiperconsumo

El hiperconsumo plantea graves dilemas éticos en dos dimensiones principales:

a) Impacto ambiental:
El hiperconsumo contribuye significativamente a la degradación ambiental. La demanda constante de bienes lleva a la sobreexplotación de recursos naturales, la generación masiva de residuos y un aumento en las emisiones de carbono. El modelo de “usar y desechar” impuesto por el consumismo moderno contradice los principios de sostenibilidad y justicia intergeneracional, lo que plantea la necesidad urgente de un cambio en los patrones de consumo.

b) Justicia social y desigualdad:
El hiperconsumo también perpetúa las desigualdades globales. Mientras que una minoría de la población puede permitirse un estilo de vida de consumo extremo, las comunidades en los márgenes sociales enfrentan explotación laboral y pobreza. Además, el acceso desigual a los bienes de consumo refuerza jerarquías sociales y genera una exclusión simbólica de aquellos que no pueden participar plenamente en esta cultura.

c) Alienación ética:
Desde una perspectiva más introspectiva, el hiperconsumo desvía la atención de los valores humanos fundamentales como la solidaridad, la creatividad y el bienestar colectivo. Las personas son alienadas no solo de su entorno, sino también de sus propios principios éticos, ya que la adquisición de bienes se convierte en un fin en sí mismo.


Implicaciones en el mundo de la comunicación y el entretenimiento

El Buen Fin también se ha posicionado como un fenómeno mediático y de entretenimiento. Las estrategias de comunicación en redes sociales, campañas publicitarias interactivas y transmisiones en vivo de las ofertas han convertido al evento en una experiencia compartida. Influencers, marcas y plataformas digitales generan contenido viral que no solo promociona productos, sino que crea un sentido de urgencia y exclusividad. Este enfoque transforma al consumo en una actividad lúdica, donde los compradores participan activamente en una narrativa colectiva de “aprovechar la oportunidad”.


Tendencias

El análisis de Google Trends muestra un aumento consistente en las búsquedas relacionadas con el Buen Fin en las semanas previas al evento, con picos significativos durante los días en que se celebra. Las tendencias actuales incluyen un énfasis en las ofertas digitales, la preferencia por productos electrónicos y el uso de aplicaciones móviles para comparar precios y realizar compras. Además, los consumidores buscan activamente opiniones y reseñas en línea antes de decidirse por una compra.




Regiones en México interesadas y tópicos relacionados

Las regiones con mayor interés en el Buen Fin incluyen la Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco y el Estado de México, que son centros económicos y tecnológicos del país. Tópicos relacionados incluyen "ofertas del Buen Fin", "meses sin intereses", y "mejores descuentos en electrónicos", reflejando las prioridades de los consumidores en este evento. También se observa un interés creciente en temas de compras sostenibles y responsables, aunque en menor medida.


Evolución histórica de la búsqueda

Desde su inicio, el Buen Fin ha mostrado un crecimiento constante en su popularidad. Las búsquedas en Google reflejan cómo la pandemia de COVID-19 provocó un cambio hacia las compras en línea, lo que consolidó el evento como un fenómeno híbrido (físico y digital). En años recientes, las estrategias digitales han ganado protagonismo, con picos de búsqueda relacionados con promociones exclusivas en plataformas de e-commerce.


Cuestionamientos éticos

El Buen Fin plantea importantes dilemas éticos en torno al consumismo y la sostenibilidad. Por un lado, fomenta el endeudamiento excesivo al promover compras impulsivas y la dependencia del crédito. Por otro lado, la producción y distribución de productos durante estos eventos exacerba problemas ambientales, como la generación de residuos y la sobreexplotación de recursos naturales. Desde una perspectiva social, el énfasis en el consumo puede profundizar las desigualdades económicas, al excluir a quienes no tienen acceso al crédito o recursos para participar plenamente en el evento.


Conclusiones

El Buen Fin es un fenómeno que refleja tanto las oportunidades como los retos de un modelo económico basado en el consumo. Aunque impulsa la economía y beneficia a muchas empresas y consumidores, también refuerza dinámicas de hiperconsumo que tienen implicaciones negativas a nivel social, ético y ambiental. Es crucial que las marcas y los consumidores reflexionen sobre el impacto de sus prácticas, promoviendo un enfoque más sostenible y consciente hacia el consumo.

El hiperconsumo es un fenómeno que refleja y perpetúa las dinámicas culturales, económicas y sociales de la modernidad. Desde la filosofía, se observa como un sistema que aliena y deshumaniza; desde la comunicación, se entiende como una narrativa construida y sostenida por los medios; y desde la ética, se cuestiona por su impacto ambiental, social y humano.

Es necesario replantear los valores que sostienen esta cultura del consumo desenfrenado, promoviendo alternativas basadas en la sostenibilidad, el consumo consciente y la recuperación de los valores humanos esenciales. Abordar el hiperconsumo no solo implica transformar los patrones individuales de consumo, sino también desafiar las estructuras sociales y económicas que lo perpetúan.


5) Lecturas recomendadas

  1. Baudrillard, J. (1970). La Sociedad de Consumo. Siglo XXI Editores.
  2. Marcuse, H. (1964). El Hombre Unidimensional. Ariel.
  3. Gerbner, G. (1998). Cultivation Analysis: An Overview. Mass Communication and Society.
  4. Latouche, S. (2006). La apuesta por el decrecimiento. Icaria Editorial.
  5. Lipovetsky, G. (2006). La felicidad paradójica: Ensayo sobre la sociedad del hiperconsumo. Anagrama

No hay comentarios

Gracias por tu mensaje, en breve te respondemos