Ximena Llaguno Chávez

 

(Dirección de Empresas de Entretenimiento, Generación 2019)

Coordinadora de eventos

Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS)

 

“Salir de la Universidad Anáhuac en tiempos de COVID y siendo egresada de Dirección de Empresas de Entretenimiento fue un gran reto. La cotidianeidad como la conocía no existía y no había certeza alguna de cuándo volvería; el mundo entero estaba en pausa y aislado, los eventos masivos – mi especialidad- no tenían luz verde y la incertidumbre acechaba a todo ser humano.

La creatividad y colectividad se transformaron, se revaloraron y, a nivel personal, las lecciones de humanidades cobraron sentido total durante el encierro. Recuerdo muy bien que en una clase de Responsabilidad Social el profesor mencionaba que todo acto individual repercute siempre en el otro. En la Universidad se me quedó grabado, pero no lo dimensioné hasta el 2020, estando en medio de una pandemia esa frase se volvió un mantra. Ya no había duda, cada ser influía en el otro involuntariamente, un contagio se viralizaba y podía terminar con la vida no solo de un siguiente, sino de un grupo que se multiplicaba cada vez más hasta poner en riesgo a toda la sociedad, por lo que no nos quedó más que cuidarnos a nosotros mismos para proteger a los demás.

Pasó el tiempo y con resiliencia, vacunas y lamentables pérdidas logramos salir adelante como humanidad. Durante los tiempos recluidos extrañamos el entretenimiento y la convivencia; las ganas de vivir como lo hacíamos se potencializaron y eso al terminar la cuarentena para la industria donde me especializo se tradujo en eventos completamente vendidos y ganancias exorbitantes. Tuve la fortuna de trabajar en algo que mi cabeza daba por perdido, pero mi corazón ansiaba: eventos masivos de música y festivales. Atesoro entrañablemente el concierto de Coldplay donde tuve el privilegio de trabajar y sentir a miles de personas corear canciones que me mantuvieron fuerte cuando las calles tenían que estar vacías.

Pasaron meses y mi carrera profesional necesitaba otro rumbo, cuál sería mi sorpresa que mi nuevo camino estaría en el sector salud: en la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Quién diría que estaría a lado de las personas que mientras estábamos en casa lidiando con nuestras batallas, se levantaban diario para ir a trabajar también lidiando con sus batallas y haciendo frente a las adversidades que como país enfrentábamos. Llegué y me encontré con un universo lleno de tecnicismos y personas trabajando por personas, compañeros de trabajo que tienen la sensibilidad necesaria para resolver lo que afecta a todos.

Crear desde la responsabilidad es lo que Cofepris me ha enseñado. Desde la Universidad, siempre se menciona que en los eventos se tiene que generar experiencias inigualables para el público, respetar su tiempo y superar sus expectativas. Esa teoría es importante ponerla en práctica en una Institución de Salud agregando un factor importante: pensar en el bien común y estar consciente que cada decisión impacta en vidas y en el caso de la Comisión influye en el PIB del país.

Aquí, nuevamente toma fuerza que lo individual repercute en lo colectivo.”

 

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