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12.05.2025: Dominio emergente de los deepfakes generativos

  • Foto del escritor: Jorge Alberto Hidalgo Toledo
    Jorge Alberto Hidalgo Toledo
  • 13 jun
  • 4 Min. de lectura


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Introducción

En la coyuntura actual, tres tendencias convergen para redefinir el paisaje comunicativo y epistemológico: el vertiginoso avance de los deepfakes generativos, la creciente vulnerabilidad de los sistemas de detección de contenidos falsos y la penetración de la computación en el borde (edge computing) asociada con el despliegue de redes IoT masivas. Estas dinámicas tecnológicas no solo transforman significativamente los mecanismos de producción y consumo de información, sino que también reconfiguran políticas públicas, economías digitales y expectativas culturales.


1. La sofisticación exponencial de contenidos falsos (deepfakes)

La sofisticación de los deepfakes, ahora capaces de generar imágenes y voces auténticas en segundos, ha propiciado una nueva dimensión de fraude digital. Desde estafas bancarias y chantaje político hasta acoso escolar mediático, como se destaca en investigaciones recientes , se manifiesta un escenario en que la confianza digital se erosionan significativamente.


Impacto social y antropológico: la identidad y la intimidad personales se ven vulneradas, erosionando el tejido relacional comunitario y desplazando la responsabilidad del juicio crítico hacia plataformas tecnológicas.

Implicaciones éticas y políticas: la capacidad de manipulación de voluntad y percepción demanda regulaciones inmediatas. En algunas jurisdicciones se han aprobado leyes específicas para criminalizar la creación de deepfakes sexuales o no consentidos (por ejemplo, el TAKE IT DOWN Act en EE. UU.) .


Relevancia económica y cultural: la monetización del engaño emerge como una amenaza estructural, incentivada por algoritmos que priorizan viralidad antes que fiabilidad. Además, las industrias creativas luchan por salvaguardar la autoría y originalidad en un mercado inundado de repeticiones automatizadas.


2. Fragilidad de los sistemas de detección actuales

Estudios académicos y tecnológicos han demostrado que los detectores de deepfakes, tanto automáticos como humanos, adolecen de vulnerabilidades críticas En un entorno de carrera armamentista entre generadores y detectores, predomina la incertidumbre frente a la fiabilidad de los mecanismos emergentes de comprobación.


Surgen riesgos clave:

  • Confianza fallida: el colapso de sistemas de verificación puede instalar el escepticismo sistémico, abriendo espacio a la amplificación de narrativas conspirativas.

  • Deslegitimación informativa: periodistas, activistas y académicos operan en terreno movedizo, cuando incluso registros audiovisuales pueden ser impugnados como fraudulentos.

3. Expansion de la computación en el borde (edge computing)

Simultáneamente, el incremento del mercado del edge computing, impulsado por el crecimiento explosivo de IoT y 5G, transforma el entorno digital  Esta arquitectura, que da procesamiento más cerca de donde se generan los datos, responde a la demanda de inmediatez, privacidad y resiliencia.

  • Social: Permite servicios sensibles, como salud remota y vigilancia ambiental, sin depender de grandes centros.

  • Antropológico: Reconfigura el espacio público en nodos inteligentes ubicuos.

  • Político y económico: La descentralización desafía modelos regulatorios centralizados y abre mercados a proveedores locales de infraestructura.

  • Ético: Se requieren normas para equilibrar soberanía de datos y derechos individuales frente a redes transnacionales.


Otras 12 tendencias (relación con las principales)

  • Responsabilidad legal por deepfakes: leyes como TAKE IT DOWN refuerzan los marcos regulatorios 

  • Brechas de confianza en detección: arranca una transición hacia educación mediática avanzada para la ciudadanía .

  • Fraude bancario con clonación de voz: multiplicación de engaños mediante deepfakes 

  • Acoso escolar con contenido sexual: aumenta la mayoría víctimas menores .

  • Publicidad de herramientas generadoras: plataformas promueven apps de creación de deepfakes 

  • Uso de IA en redes IoT: converge con edge computing para generar ambientes inteligentes y apegados al usuario .

  • Mercado de edge computing: superará los USD 45 000 M en 2025 y apuntará a USD 194 000 M en 2029 

  • 5G-Advanced y comunicaciones críticas: base del despliegue de IoT de bajo retardo 

  • Crimen digital organizado: adopta deepfakes como herramienta sistemática 

  • Ciberseguridad en el borde: se vuelve prioritaria ante expansión masiva de dispositivos .

  • Metaverso e IoT convergente: visión emergente de entorno híbrido físico-digital .

  • Brecha de género y sostenibilidad: 2025 será un año de transición, con foco en inclusión y energía en IA


Análisis predictivo

En el corto plazo (3–6 meses), se espera un endurecimiento normativo en Occidente: aumento de leyes específicas contra deepfakes, sanciones más severas y protocolos de verificación obligatoria. Esto impactará a plataformas digitales, que deberán adoptar etiquetas generativas y validar autenticidad (blockchain, certificación). Las detecciones confiables serán la piedra angular de la retroalimentación política y mediática.

A mediano plazo (6–18 meses), la computación en el borde se consolidará como infraestructura crítica. Las organizaciones comunicarán, analizarán y resguardarán datos al nivel local, reduciendo dependencia de la nube. La combinación de IoT, 5G y IA propiciará ecosistemas resilientes y censura-resistentes, sobre todo en servicios esenciales. En el campo mediático, surgirán modelos de producción distribuida en tiempo real: periodistas ciudadanos con soporte edge, metabolismos informativos instantáneos, y narrativas enriquecidas con realidad aumentada y sintética.

Hipótesis de futuro inmediato:

  1. Las instituciones establecerán pasaportes digitales de autenticidad, combinando marcas de agua invisibles y metadatos en cadena de bloques.

  2. De los deepfakes, surgirán contramedidas alimentadas por IA, pero el mayor desafío será la alfabetización crítica: aprender a cuestionar y percibir.

  3. Las redes IoT convergentes habilitarán ambientes “ubicuos y seguros”: desde ambulancias que acceden a datos en el borde, hasta narrativa mediática hiperconectada a eventos reales.

Estas tendencias, convergentes e interdependientes, demandan un replanteamiento holístico de la comunicación contemporánea. Se requiere una acción colectiva: académicos, creadores, reguladores y ciudadanos deben forjar juntos protocolos de verificación, redes inteligentes y alfabetización digital, con la premisa de dignidad humana y equidad como columna vertebral.

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