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Cuando los supermercados también comunican: cohesión social e impacto desde los informes anuales

 




Por: Dr. Rogelio del Prado Flores

Hay quienes aún creen que los informes anuales de las empresas son simples rituales burocráticos diseñados para cumplir con la ley. Sin embargo, el artículo “Calidad de la comunicación organizacional, capital e impacto social en los informes anuales de supermercados en México” publicado en Sintaxis, demuestra que estos documentos pueden convertirse en poderosas herramientas de construcción social, si se los concibe como verdaderos actos comunicativos.

A través de un meticuloso análisis de contenido de los informes de Walmart, Soriana, La Comer y Chedraui, el estudio de Rebeca Illiana Arévalo-Martínez y Guillermo García Mayo nos propone una visión crítica y al mismo tiempo esperanzadora: la calidad de la comunicación organizacional no solo se mide por la claridad o el diseño, sino también por su capacidad para fortalecer el capital social, fomentar la cohesión y dejar huella en la vida de sus públicos.

Cuatro niveles de calidad y tres dimensiones sociales

Inspirándose en el modelo de Robertson (1991), los autores evalúan los informes con base en cuatro niveles de calidad comunicativa:

  1. Logística (¿llega la información a tiempo y de forma visible?),

  2. Atención (¿es clara, convincente y comprensible?),

  3. Utilidad (¿es relevante para el entorno?),

  4. Influencia (¿transforma actitudes y comportamientos?).

A esto suman tres categorías clave: cohesión social, capital social e impacto social, enriqueciendo así el análisis más allá del marketing o la rendición de cuentas.

El hallazgo es revelador: la calidad de los informes varía enormemente entre cadenas. Mientras Walmart y La Comer aprovechan este canal para generar comunidad, visibilizar acciones éticas y motivar compromiso ciudadano, Soriana tiende a quedarse en una narrativa más cerrada, enfocada en el cumplimiento legal sin mayores gestos hacia la dimensión social. Chedraui, por su parte, se sitúa en un punto intermedio, integrando temas de sustentabilidad y desarrollo comunitario con un enfoque creciente en lo relacional.

¿Por qué esto importa?

Porque vivimos en una economía de la atención y de la reputación, donde la transparencia y la responsabilidad no son opcionales. Las organizaciones que entienden que comunicar es también cuidar —cuidar la confianza, los lazos, el propósito compartido— están mejor preparadas para construir legitimidad y responder a las nuevas expectativas sociales.

Además, este estudio muestra que el informe anual no es una pieza aislada. Puede ser el nodo de una estrategia integral que articule valor económico y valor social, ética empresarial y compromiso comunitario, información financiera y narrativas de sentido.

Comunicación que construye comunidad

Cuando la comunicación organizacional es tratada con seriedad —con estrategia, sensibilidad y profundidad— se vuelve una práctica transformadora. Puede generar cohesión en tiempos de fragmentación. Puede generar capital social en contextos de desconfianza. Y puede tener un impacto real en la forma en que las personas se relacionan con las marcas, con las instituciones… y con los demás.

Los supermercados, tan cotidianos como invisibles en su poder simbólico, se revelan aquí como espacios clave para pensar la comunicación del siglo XXI. Una comunicación que ya no basta con ser informativa, sino que debe ser vinculante, ética y transformadora.

📘 Para leer el artículo completo, accede a través de la revista Sintaxis:
👉 https://revistas.anahuac.mx/sintaxis/article/view/1593





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