La ética bajo la nieve: Decisiones extremas: Dilemas éticos en la montaña
Arantxa Naranjo,
Monserrat Uribarren Pro,
Citlalli Betsaida Ojeda Oceguera y
Jimena Moran
1972 un caso ético de supervivencia de vida o muerte.
Atrapados en los Andes, 45 jóvenes y familias uruguayas, después de 75 días en
hambruna, sólo 16 sobrevivientes buscan un retorno a casa.
A pesar de las condiciones naturales extremas a las que estuvieron sometidos en los Andes, la falta de alimento fue un factor que hace que
está historia sea tan cuestionada
debido la práctica de la antropofagia entre los sobrevivientes. Cuando
se habla sobre la práctica
de comer individuos de la propia
especie se tiende
a relacionar con el canibalismo, sin embargo, es importante resaltar
que el término
correcto es “antropofagia”.
Resultaría impensable la posibilidad de usar como alimento
el cadáver de un ser cercano, sin
embargo, es curioso percibir cómo en un sondeo a un grupo de 37 jóvenes el 70% afirmó que si
estuvieran en la misma situación serían capaces
de realizar está práctica. Lo que pone en tela de juicio uno de los debates de está película ¿es ético la
antropofagia?. Si se percibe desde un punto de vista espiritual y en el mundo moderno,
esta práctica ha sido rechazada por su visión “animalesca,
brusca y poco primitiva del hombre” ya que
el cuerpo humano desde la visión actual tiene dignidad aún siendo un cadáver en cualquier religión o cultura
por lo que merece su respeto según la reflexión del Sacerdote Juan Pablo.
En cuanto a la situación en la que los sobrevivientes
decidieron practicar la antropofagia, se tiene la postura del escritor y
profesor Raúl Sanz donde comenta que
“la antropofagia y la ética chocan” y lo asocia con un instinto de
supervivencia. Resalta que “sentenciamos muy
fácil y rápido”, aunque es natural en el ser humano opinar o juzgar una situación
incluso cuando no se ha sido partícipe
dejando de lado la experiencia de quienes fueron
parte de esta situación.
Aunque la moral no es un constructo social
del hombre sino una imposición por su valor intrínseco donde existe objetivamente el bien y el mal, en
esta situación no es posible hacer un
juicio tajante a los sobrevivientes, ya que estaban en una situación extrema
donde la razón humana al estar
limitada y en modo supervivencia lo que los hizo actuar de tal forma con tal de
tener la mínima posibilidad de sobrevivir y regresar a casa. Añadiendo que hubo un consentimiento entre el grupo
de jóvenes en poder usar su cadáveres para esos fines.
Para la creación de la película, el director Bayona,
quiso plasmar la verdadera esencia de la historia
al tener un acercamiento más íntimo con los
sobrevivientes y familiares de los
fallecidos, “la película es una conversación total entre los vivos y los muertos, por lo que era muy interesante explorar esa relación”, esto para poder plasmar sus
sentimientos y vivencias en la montaña,
como dice Gustavo
Zerbino en su entrevista con Enzo Vogrincic ‘Éramos una familia’. La convivencia entre los
sobrevivientes y los actores que los
iban a representar permitió crear una atmósfera donde la audiencia pudiera sentir las emociones de los jóvenes y poder
percibir esta historia de una manera
más confiable y real utilizando así espacios reales como la montaña donde ocurrió el accidente. Además
de la aparición de los mismos sobrevivientes en diferentes escenas
de la película.
Pese a la existencia de otras representaciones
cinematográficas sobre este
accidente como Survive! en 1976 y Alive en 1993 la decisión
del director en la
narración de esta película eligiendo a Enzo Vogrincic
representando a Numa
Turcatti tiene que ver con que este personaje previo a
morir y con su frase más
famosa “no hay amor más grande que el que da la vida por
sus amigos” fue el
detonante para que los sobrevivientes Roberto Canessa y
Nando Parrado se
armaran de valor en su expedición para salir de la montaña,
caminando 10 días
en búsqueda de ayuda, llevando así, el rescate al resto del
grupo. Lo que hace
que está película se destaque por encima de estas
representaciones por su
éxito y reconocimiento internacional.
En las redes sociales hubo descontento, ya que dentro de la
película no se incluyeron mujeres, personas
de color o pertenecientes a la comunidad
LGBTQ+, a pesar de que esta historia fue un hecho real vivido hace 52
años. Con base en el sondeo se halló que casi la mitad no considera necesaria este tipo de inclusión. Este tipo de resultados
afirman el disgusto general que existe ante una inclusión forzada para encontrar una
aceptación por parte de la sociedad. No por
buscar una aprobación es necesario alterar los hechos reales de una situación
como fue en este caso,
inventando personajes inexistentes.
Independientemente a las distintas opiniones que puedan existir sobre las cuestiones éticas en el accidente de los Andes, la Sociedad de la Nieve nos da apertura a una experiencia no solamente técnica y real sobre el accidente, sino también a un cuestionamiento moral y ético sobre está práctica que sigue existiendo en la actualidad con diferentes enfoques y percepciones culturales, que sería necesario ampliar las perspectivas y juicios de valor. No por nada está película ha tenido el éxito y reconocimiento por todo el mundo.
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