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El goce estético o la eficiencia veloz: hablemos de speed-watching



Juan Carlos Padilla Monroy (Facultad de Comunicación)

 

¿Alguna vez te has preguntado cuántos libros puedes leer en una vida? Hagamos un ejercicio rápido: imagina que una persona puede tener 50 años de vida lectora, asumiendo que ni nace sabiendo leer, y en la vejez se suele leer menos o con mayor lentitud, así que 50 años de vida lectora es un buen promedio. Ahora imaginemos que esa persona tiene un muy buen promedio de lectura, pongamos por ejemplo un libro por semana, que sería un extraordinario promedio de lectura; entonces, ¿cuántos libros puede leer en su vida? Asumiendo que un año tiene 52 semanas, pero vamos a descansar dos semanas para hacer la operación más fácil, tenemos: 50 años de vida lectora, por 50 semanas cada año. El resultado es 2,500 libros en una vida ¿te parece mucho?

 

Desde niño me ha gustado leer, pero nunca tengo tiempo para leer todo lo que quiero. Cuando conocí las técnicas americanas de estudio me ilusionó la idea de leer 100 páginas en sólo 10 minutos. De acuerdo con esta empresa, en México el 92% de las personas lee entre 180 y 240 palabras por minuto con una comprensión del 40%[1], potenciar la velocidad de lectura es una tentación irresistible.

 

De acuerdo con el Informe de Módulo sobre Lectura (Molec) del INEGI, en el año 2022 , el promedio de libros leídos en México fue de 3.9 (el más alto registrado desde el año 2016)[2], aunque la cifra tiende a declinar para 2023.

 

Hice la prueba y comencé a desarrollar la técnica americana de estudio, y ¿qué creen? Sí funciona. Sin embargo, conforme avanzaba en el desarrollo me percataba que la lectura rápida es como aprender a andar en bicicleta: una vez que aprendes, no puedes desaprenderlo, y entonces entré en crisis: una cosa es leer textos obligatorios a gran velocidad y comprender la mayor parte, lo cual resultaba muy positivo, y otra muy diferente leer literatura, que más comúnmente se lee por gusto. Decidí dejar las técnicas americanas de estudio porque me di cuenta que al poder leer la obra completa de «El señor de los anillos» (que cuenta con 1,500 páginas) en sólo 150 minutos (2.5 horas), me estaba perdiendo de algo importante: el gozo de la lectura.

 

Ahora bien, ¿te has preguntado cuántas películas o series de televisión podrías ver en tu vida?

 

Hablemos de speed-watching

 

El término speed-watching hace referencia a una tendencia por consumir distintos tipos de contenidos audiovisuales utilizando una velocidad de reproducción mucho mayor que la natural. En la mayoría de las aplicaciones que cuentan con esta alternativa de visualización la velocidad de reproducción se presenta como 1x (velocidad natural), 1.25x, 1.5x, e incluso 2x (el doble de velocidad).

 

¿Por qué razón alguien querría ver contenidos audiovisuales al doble de su velocidad natural? Bueno, en realidad, por las mismas razones por las que un profesor desearía leer 100 páginas en 10 minutos, pero con una variable más en la ecuación: existen más deseos por ver contenidos audiovisuales que por leer libros.

«Todo el mundo ha tenido que ver esa charla en YouTube en la que los protagonistas hablan demasiado lento. Ya sea una clase, un curso o una entrevista, esa insoportable parsimonia es la que impulsa a la mayoría a utilizar por primera vez esa arcana herramienta que sirve para acelerar o reducir la velocidad de reproducción. Una opción que inmediatamente se revela muy conveniente para ahorrar algunos minutos de tiempo»[3].

Hay otras razones sociales que están llevando a los usuarios a consumir contenidos a mayor velocidad, donde ahorrar tiempo y ver lo más importante son sólo dos aspectos más de un fenómeno que encierra un monstruo más grande: el FOMO.

 

FOMO (Fear Of Missing Out) por sus siglas en inglés, se entiende como el miedo a estar ausente, relacionado con la ansiedad generada por el temor a perderse un evento social u experiencia positiva, o informarse sobre algo, especialmente del tipo de actividades relacionadas con las redes sociales. Con el impulso de de las redes sociales, el aumento de los influencers y el deseo por ser uno de ellos, la enorme cantidad de plataformas de streaming, es cada vez más frecuente sentirse aislado, en las conversaciones con amigos y familia, porque no se ha visto algún reel, video o serie, uno se queda al margen, excluido de la conversación y con la sensación de que se ha perdido algo importante. Nadie quiere ser el hazmerreír de las conversaciones cotidianas, eso genera el FOMO y por eso los usuarios, especialmente los jóvenes, se han vuelto speed-watchers.

  

¿Cómo consumen contenidos digitales los alumnos de la Universidad Anáhuac México?

 

Nos dimos a la tarea de investigar cómo consumen los contenidos digitales nuestros alumnos en la Universidad Anáhuac México, para saber si esta tendencia forma parte de sus hábitos, o bien, si se trata de una moda más presente en otras sociedades y contextos.

 

Con una muestra entre cien estudiantes de primer semestre, de diferentes licenciaturas, pudimos observar que el 75% de los alumnos sí suele acelerar la velocidad de reproducción de los contenidos digitales que consumen, pero sólo el 13% lo hace de manera regular, mientras que el 64% lo acelera en ocasiones concretas.

 

 

Las plataformas donde más se aceleran los contenidos son WhatsApp, YouTube y Tik Tok, y en menor medida con plataformas como Netflix, Prime y HBO. La que sí resulta una tendencia  más frecuente entre nuestros estudiantes, es la denominada binge-watching que consiste en «ver una serie entera en el menor tiempo posible, consumiendo todos los episodios seguidos sin respetar el otrora obligado interludio semanal que los separaba»[4].

 

Consecuencias del speed watching en el consumo de contenidos digitales

Hemos dicho que aprender a leer rápido es como aprender a andar en bicicleta, una vez aprendido, no hay forma de dar marcha atrás, no se puede desaprender a leer o andar en bici, se puede dejar de leer y dejar de pedalear, pero no se desaprende. Lo mismo ocurre cuando consumimos speed-watching, la costumbre de ver contenidos digitales a mayor velocidad incita a consumir cada vez a mayor velocidad, tal como lo relata Culture Junkie:

«Hace años que empecé a adelantar la velocidad de la gran mayoría de los videos que veía en YouTube. Comencé con un prudente 1.25x, pero poco a poco mi cerebro se fue acostumbrando a la velocidad. Al poco tiempo ya podía ver videos a 1.5x sin ningún problema. A medida que aceleras el reloj, las velocidades más altas se hacen más fáciles de comprender. No me costó mucho descubrir que puedes entrenar tu cerebro para reconocer mejor las palabras que se reproducen a velocidades cada vez más rápidas»[5].

Con speed watching ocurre exactamente lo mismo que con las técnicas americanas de estudio, sí funcionan. El cerebro se acostumbra y desea cada vez mayor velocidad. ¿Es posible vivir de este modo? Probablemente sí, pero también habrá consecuencias, la principal de ellas sería el sacrificio del goce estético.

 

En total, las ocho temporadas completas de «Game of Thrones» (73 capítulos) tomarían 70 horas con 14 minutos; si aceleramos la velocidad de reproducción en 2x, llevaría poco más de 35 horas, es decir, menos de dos días.

 

Es comprensible el FOMO contemporáneo, pues cada segundo está ocurriendo algo digno de ser visto en el mundo, pero también es imposible para el cerebro humano almacenar y procesar crítica, constructiva y, sobre todo, gozosamente, la cantidad de información contenida en esos archivos, de hecho, sería imposible abarcarlos todos, pues cada día se producen contenidos digitales que una persona no podría ver en una vida.

 

Si nos acostumbramos a mirar los contenidos digitales cada vez con mayor velocidad, es posible que el ritmo natural de las cosas termine por resultarnos abrumadoramente lento, pero cada cual tiene derecho a decidir el ritmo de su vida. Yo prefiero prefiero el goce estético del ritmo natural de los acontecimientos y combatir el FOMO, de todos modos, siempre voy a perderme de algo.

 

 

 

 



[1] Cfr. Técnicas Americanas de Estudio, recuperado de: https://tecnicas.mx/ el 24 de octubre 2023.

[2] INEGI, Comunicado de prensa, Núm. 191, 20 de abril de 2022.

[3] Culture Junkie, En defensa del speed-watching: la sencilla práctica con la que puedes ahorrar cientos de horas al año. Abril de 2020 Recuperado de [https://culturejunkie.medium.com/en-defensa-del-speed-watching-6093fe5f1aa5] 25 de octubre de 2023.

[4] Revista Forbes, ¿Qué son los “speed watchers”?. 26 de agosto de 2023. Recuperado de [https://www.forbes.com.mx/forbes-life/salud-que-son-los-speed-watchers/] 25 de octubre de 2023.

[5] Culture Junkie, En defensa del speed-watching: la sencilla práctica con la que puedes ahorrar cientos de horas al año. Abril de 2020 Recuperado de [https://culturejunkie.medium.com/en-defensa-del-speed-watching-6093fe5f1aa5] 25 de octubre de 2023.

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