La ética como brújula: el giro responsable de las relaciones públicas contemporáneas
- Jorge Alberto Hidalgo Toledo
- 24 jun
- 5 Min. de lectura

Reflexiones en torno al artículo “Responsible Public Relations in Practice” de la Dra. Hilda Gabriela Hernández Flores
Introducción: el desafío de comunicar con conciencia
En un mundo hiperconectado y exigente, donde las audiencias ya no son receptoras pasivas sino agentes activos de evaluación, réplica y denuncia, la comunicación organizacional enfrenta un reto tan ético como estratégico: ¿es posible construir vínculos sólidos y sostenibles sin renunciar a la transparencia, la empatía y la integridad? En este contexto, el artículo “Responsible Public Relations in Practice. An Approach to the Field from Academic Experts, Consultants, and Associations”, de la Dra. Hilda Gabriela Hernández Flores (BUAP y Anáhuac), ofrece una cartografía teórica y metodológica imprescindible para comprender cómo las relaciones públicas pueden transitar de la instrumentalización de discursos hacia un ejercicio genuinamente responsable del diálogo institucional.
Este estudio, pionero en el ámbito iberoamericano, reúne las voces de 13 expertos —académicos, consultores y representantes de asociaciones— para repensar el sentido, las prácticas y el porvenir de la profesión desde una ética de la comunicación. A través de una investigación cualitativa, transversal y no experimental, apoyada en entrevistas semiestructuradas y codificación con Atlas.ti, la autora nos invita a explorar no sólo lo que hacen los profesionales de las relaciones públicas, sino lo que deberían hacer para ser coherentes con los principios de responsabilidad comunicativa.
El corazón conceptual: de la estrategia al vínculo
Uno de los mayores aportes del artículo reside en desmontar una idea aún persistente: la de que las relaciones públicas son un ejercicio instrumental de imagen. Hernández Flores y los expertos entrevistados coinciden en que esta percepción reduccionista omite el carácter relacional, bidireccional y ético de la profesión. Así, proponen el concepto de Relaciones Públicas Responsables (RPR), entendidas como aquellas prácticas que, alineadas con códigos de ética y principios organizacionales, promueven un vínculo auténtico y sostenible con las audiencias.
A través de cuatro categorías analíticas —naturaleza, procesos, perfil profesional y vínculo con la comunicación responsable—, el estudio revela que las RPR deben garantizar:
La presencia de equipos comunicativos altamente capacitados;
Mensajes con objetivos claros y verificables;
Diálogos coherentes con los valores institucionales;
Estrategias de comunicación transversales e integradas en toda la organización.
Esta reconfiguración trasciende la lógica funcionalista de las relaciones públicas para inscribirlas en una ética del cuidado comunicativo. No se trata de convencer, sino de conectar; no de persuadir, sino de corresponsabilizar.
Procesos, no actos aislados: el reto de la coherencia
El segundo gran eje del artículo analiza los procesos que hacen posible unas relaciones públicas responsables. Lejos de limitarse a momentos de crisis o acciones puntuales de difusión, estos procesos requieren un entramado sistemático de diagnóstico, planificación, implementación y evaluación constante.
Los consultores participantes en el estudio enfatizan que la responsabilidad comunicativa no puede improvisarse: debe integrarse en los protocolos internos, formar parte del ADN institucional y tener respaldo en la alta dirección. Solo así es posible evitar los riesgos de la “comunicación decorativa”, aquella que enarbola valores pero no los practica. Por ello, se exige investigación previa, segmentación del público, formación de comités éticos y seguimiento meticuloso de las acciones comunicativas.
La autora ilustra estos hallazgos con testimonios reveladores. Uno de los expertos resume así la clave del enfoque responsable: “no basta con comunicar bien, hay que empezar por transparentar nuestros procesos”. Otro añade: “no puede haber coherencia sin autoconocimiento institucional”.
El perfil del nuevo relacionista público: ética, técnica y empatía
Uno de los segmentos más reveladores del artículo es el que se dedica a perfilar al profesional ideal de las relaciones públicas en esta nueva era de responsabilidad. A diferencia de la imagen tradicional del vocero elocuente y estratega, la nueva figura que emerge es la de un comunicador integral, capaz de conjugar el saber, el ser y el hacer:
Saber: dominio profundo del contexto social, cultural y político; conocimiento del marco legal y ético de la profesión; competencia en herramientas digitales y tecnologías emergentes.
Ser: honestidad, empatía, humildad, prudencia, congruencia.
Hacer: capacidad de escucha activa, construcción de mensajes claros y veraces, preparación rigurosa ante medios, entrenamiento en vocería responsable, prácticas de feedback constante.
La investigación destaca que estos atributos deben cultivarse no como exigencias externas, sino como convicciones internas. En palabras de una entrevistada: “la ética no es un adorno curricular, es la raíz de cada decisión comunicativa que tomamos”.
Relaciones públicas y comunicación responsable: un binomio indisoluble
En su cuarta categoría, el estudio profundiza en la sinergia entre Relaciones Públicas (PR) y Comunicación Responsable (CR). Lejos de ser disciplinas separadas, ambas se entretejen en una lógica relacional donde la comunicación no solo transmite, sino transforma. La CR, definida como “diálogo honesto, empático y transparente que responde a los valores institucionales”, se convierte en la columna vertebral de cualquier acción pública legítima.
Desde esta perspectiva, las PR dejan de ser meras “relaciones con públicos” para convertirse en “relaciones para el bien común”. Este giro de paradigma implica desafíos mayúsculos, entre ellos:
Superar la presión por resultados inmediatos;
Enfrentar resistencias internas al cambio cultural;
Garantizar la preparación constante de los equipos;
Asumir la rendición de cuentas como principio, no como reacción.
Sin embargo, también abre oportunidades inéditas: legitimidad social, reputación consolidada, relaciones de confianza, diálogo constructivo, y una mayor resiliencia reputacional en contextos de crisis.
Horizontes posibles: ¿moda o transformación estructural?
Uno de los aspectos más sugerentes del artículo es su mirada hacia el futuro. La autora, a través de las voces expertas, señala que las relaciones públicas responsables no son una moda pasajera ni una respuesta coyuntural al auge de las fake news, la polarización o las crisis reputacionales. Son, en cambio, una evolución necesaria del oficio comunicacional.
La tendencia a incorporar prácticas responsables se consolida como “una ola imparable”, como diría uno de los entrevistados. En este sentido, los hallazgos del estudio apuntan a que el futuro de las relaciones públicas dependerá de su capacidad para institucionalizar la ética como criterio de acción. No basta con adoptar nuevas narrativas: es imprescindible adoptar nuevas formas de relación.
La investigación propone también que esta evolución debe ser transversal, implicando al sector público, privado, académico y a las organizaciones de la sociedad civil. Sólo así podrá consolidarse un ecosistema comunicativo más justo, plural y sostenible.
Conclusiones: narrar con propósito, actuar con integridad
El artículo de la Dra. Hernández Flores no sólo es una aportación académica rigurosa, sino también un llamado ético y profesional. Nos recuerda que comunicar es, ante todo, un acto de responsabilidad. Que cada palabra emitida desde una organización tiene el poder de construir confianza o de dinamitarla. Que cada estrategia pública debe preguntarse, antes que nada, si responde al bien común.
En un tiempo donde las fronteras entre lo público y lo privado, lo verdadero y lo verosímil, lo estratégico y lo ético, se diluyen peligrosamente, este trabajo representa un faro. Nos insta a comprender las relaciones públicas no como una técnica de persuasión, sino como una praxis dialógica, ética y transformadora.
Desde Anáhuac Landscape celebramos la contribución de este estudio, que devuelve a las relaciones públicas su vocación originaria: la de ser un puente entre las instituciones y sus públicos, cimentado sobre la verdad, la coherencia y la escucha.
Para saber más
Te invitamos a leer el artículo completo “Responsible Public Relations in Practice. An Approach to the Field from Academic Experts, Consultants, and Associations” de la Dra. Hilda Gabriela Hernández Flores, disponible en:
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