Por: Alinka Alty Mancilla
“La inmediatez digital ha cambiado la
manera en que los jóvenes procesan información. En un mundo dominado por redes
sociales y contenido breve, ¿qué consecuencias tiene esta transformación en
nuestra capacidad de aprendizaje y concentración?”
El Problema
de la I
nmediatez
El aula se siente tranquila. El profesor habla y su voz
resuena en el salón. Los estudiantes tienen los ojos fijos en la pantalla de
sus computadoras. Parecen atentos. Pero si alguien mirara más de cerca, vería
que uno revisa WhatsApp. Tres más tienen TikTok abierto sin sonido. Y por ahí
se puede ver un PDF abierto que nadie está leyendo.
Cada tanto, alguien asiente, dando la impresión de que están
entendiendo. Otro teclea, pero no está tomando notas, sino jugando Tetris.
Mientras el profesor explica, la mente de los alumnos danzan en un torbellino
de distracciones, su atención está en mil pedazos. La pantalla solo ilumina los
rostros de los alumnos.
Esta situación no es exclusiva. Investigaciones recientes
indican que la atención de los jóvenes está disminuyendo drásticamente. Según
un estudio de Xavier et al. (2024), las constantes
notificaciones y el consumo de contenido breve han cambiado la forma en que los
jóvenes entienden la información. Por otro lado, Umoh (2023) encontró que actualmente los
estudiantes universitarios tienen problemas para leer textos largos,
prefiriendo resúmenes rápidos o contenidos visuales.
Pero, ¿realmente estamos perdiendo la capacidad de
concentrarnos o simplemente estamos aprendiendo de otra manera?
¿Por qué
nos cuesta tanto concentrarnos?
Fuente: OSPAT (2022). Uso de redes sociales puede disparar estados de ansiedad y
depresión
El cerebro humano no está diseñado para procesar múltiples
estímulos al mismo tiempo. A pesar de que
muchos jóvenes creen que es posible estudiar mientras revisan redes
sociales, la realidad es que la atención dividida es un mito.
“El abuso de pantallas genera una alerta constante en el cerebro.
Esto hace que otros sentidos no se activen correctamente y que la concentración
se vea gravemente afectada,” explica la psicóloga clínica Haydee Mancilla,
especialista en ansiedad y depresión.
Este fenómeno se observa de manera notable en México, donde,
según el INEGI (2024), el 92% de la población
utiliza redes sociales como parte de su consumo digital diario. Esta situación
indica que la mayoría de los jóvenes se desarrollan en un entorno caracterizado
por el acceso inmediato a la información y una atención que se encuentra
constantemente fragmentada.
Además, el consumo acelerado de información puede sesgar la
memoria. “Los jóvenes buscan respuestas inmediatas en redes en lugar de
recurrir a libros o fuentes confiables. Esto afecta su capacidad de análisis y
comprensión a largo plazo,” señala Mancilla.
Montserrat, estudiante de 21 años de Ingeniería Industrial,
lo vive en carne propia:
“Sí, porque siento que cuando algo me frustra, intento varios
ratos y no puedo. Al final digo ‘me voy a despejar’ y agarro mi teléfono, y no
salgo de TikTok. Lo veo y lo veo y lo veo, y digo ‘OK, ya voy a regresar’. Pero
luego me cuesta soltarlo y checo el celular cada segundo hasta que tengo que
esconderlo.”
Este fenómeno cuenta con un respaldo científico. Según Corrado (2024), el uso excesivo de redes sociales
impacta negativamente en la retención de información, dado que el cerebro
tiende a habituarse a procesar datos en fragmentos breves en lugar de
facilitarnos para su almacenamiento a largo plazo.
La
concentración en crisis: Impacto en el aprendizaje y la salud mental
Fuente: Periódico del Meta (2018). Distracción
digital: el debate de los celulares en aulas.
El impacto de la inmediatez digital se extiende más allá del
entorno educativo. La fatiga mental y el estrés digital son consecuencias
por la sobrecarga de información.
En México, un estudio realizado por el Dr. Eduardo Portas Ruiz, profesor de la facultad de
comunicación en la Universidad Anáhuac, revela que los jóvenes pasan, en
promedio, 3 horas y 14 minutos diarios en redes sociales. Este elevado consumo
de contenido digital, junto con la creciente necesidad de estar constantemente
conectados, presenta desafíos significativos para los estudiantes en términos
de concentración y capacidad para llevar a cabo actividades que demandan un esfuerzo
cognitivo sostenido.
Según Umoh (2023), los estudiantes universitarios
muestran una preferencia por la información breve y visual, lo que disminuye su
capacidad para realizar lecturas profundas. Este fenómeno se alinea con la
observación de la psicóloga Mancilla, quien señala que el consumo excesivo de
información breve puede representar un obstáculo cognitivo significativo,
afectando negativamente la memoria y la capacidad de concentración. A largo
plazo, esto puede llevar a que los jóvenes no busquen fuentes más confiables ni
profundicen en su aprendizaje.
El uso excesivo de redes sociales no solo disminuye la
capacidad de concentración, sino que también tiene un efecto negativo en la
salud mental. Un análisis reciente publicado en ResearchGate (2024) señala que el consumo
desmedido de estas plataformas entre estudiantes universitarios en México está
relacionado con niveles más bajos de autoestima, así como con la aparición de
ansiedad, depresión y distracciones en el ámbito académico.
El consumo digital también tiene un impacto emocional.
“Genera ansiedad, estrés y hasta depresión. Los jóvenes ven en redes sociales
una versión editada de la vida de otros, lo que los hace compararse
constantemente con estándares irreales,” advierte Mancilla.
El exceso de información también tiene un impacto en la toma
de decisiones. Monserrat nos menciona que actualmente es muy fácil creer
cualquier cosa que vemos en redes sociales “Hay tanta inmediatez que lees algo
y dices ‘ah sí, esto es’, y ya no te pones a investigar más. No hay pensamiento
crítico sobre lo que lees, porque es lo más rápido.”
¿Cómo podemos recuperar nuestra concentración?
Fuente:
La Vanguardia (2023). Estudiar con
smartphone es malo.
A pesar de los desafíos que presenta la inmediatez digital,
es posible implementar estrategias para reentrenar la mente y mejorar la
capacidad de concentración.
Técnicas de Higiene Digital:
Según la experta Mancilla, es fundamental considerar el
teléfono celular como una herramienta, en lugar de una extensión de nosotros
mismos. Además, es recomendable no dedicar todo el día a las redes sociales,
priorizando actividades en el entorno real, como la lectura de libros y la
interacción cara a cara. Utilizar aplicaciones como Forest o Freedom también
puede ser útil para minimizar las distracciones digitales.
Métodos de Estudio Efectivos:
Implementar la técnica Pomodoro, que consiste en dividir las
sesiones de estudio en bloques de 25 minutos de trabajo concentrado seguidos
por breves descansos, puede promover una mayor eficiencia al evitar la fatiga
mental y mantener la motivación. Incentivar la lectura en formato físico
también es beneficioso, ya que este tipo de lectura contribuye a una mejor
retención de la información al reducir las distracciones y facilitar la
comprensión profunda del contenido. Por otro lado, practicar mindfulness, es decir, ejercicios de
atención plena como la meditación o la respiración consciente, puede ayudar a
fortalecer la capacidad de concentración y reducir el estrés.
Experimentos de Detox
Digital:
Proponerse limitar el tiempo en redes sociales durante una semana
para evaluar mejoras en la concentración e intentar desafiarse a completar una
tarea sin interrupciones digitales como ejercicio de enfoque.
“No es como que haya dicho ‘tengo que reducir mi tiempo en
redes’. Más bien pienso ‘tengo que enfocarme en lo que tengo que hacer’, pero
al final sigo viendo dos horas el teléfono”, comentó Montserrat.
El mundo digital está presente para quedarse, sin embargo, es
posible aprender a utilizar la tecnología de manera que no afecte nuestra
capacidad de atención. La clave radica en fomentar hábitos conscientes y
equilibrar el consumo de contenido efímero con el aprendizaje profundo.
La concentración se asemeja a un músculo: si no la
ejercitamos, corremos el riesgo de debilitarla. En una era de distracción
constante, recuperar nuestra capacidad de enfocarnos puede convertirse en
nuestra mayor fortaleza.
Referencias
Corrado, M. (2024). Education about Risks: For People in a
Hurry. University of Twente. http://essay.utwente.nl/100746/
INEGI. (2024). Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la
Información en los Hogares 2023. Instituto Nacional de Estadística y
Geografía. https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2024/ENDUTIH/ENDUTIH_23.pdf
La Vanguardia. (2023). Estudiar con smartphone es malo. La
Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/andro4all/moviles/estudiar-con-smartphone-es-malo
OSPAT. (2022). Uso de redes sociales puede disparar estados de ansiedad y depresión.
OSPAT. https://www.ospat.com.ar/blog/uso-de-redes-sociales-puede-disparar-estados-de-ansiedad-y-depresion/
Periódico del Meta. (2018). Distracción digital: el debate de los
celulares en aulas. Periódico del Meta. https://periodicodelmeta.com/distraccion-digital-el-debate-de-los-celulares-en-aulas/
ResearchGate. (2024). Uso de las Redes Sociales en los Jóvenes
Universitarios. ResearchGate. https://www.researchgate.net/publication/372020942_Uso_de_las_Redes_Sociales_en_los_Jovenes_Universitarios
Portas, R. (2024). El mexicano y su intenso uso de redes
sociales. Universidad Anáhuac México. https://www.anahuac.mx/mexico/noticias/el-mexicano-y-su-intenso-uso-de-redes-sociales
Umoh, U. E. (2023). Impact of Social
Media Platforms on Learning Resource Acquisition among University Students.
ResearchGate. https://www.researchgate.net/publication/385931553_Impact_of_Social_Media_Platforms_on_Learning_Resource_Acquisition_among_University_of_Uyo_Undergraduates_Nigeria
Xavier, C., Cataldo, W., & Matsui
Siqueira, S. W. (2024). Understanding the Negative Effects of Social Networking
Mobile App Notifications on the Attention of Young People and Adults. HICSS-57. https://aisel.aisnet.org/hicss-57/ks/future/4/
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